Presente y futuro (inmediato) del sector de la construcción.
La construcción está hundiendo su peso en el PIB al mínimo en plena crisis por la falta de viviendas, representando sólo un 5,2% de la actividad económica del país, el nivel más bajo de toda la serie histórica. El ladrillo, por ende, ‘tira’ cada vez menos de la economía.
El resultado contrasta enormemente con la fotografía de hace dos décadas: el sector llegó a representar el 11,1% de la actividad económica del país. En 2024, según los últimos datos actualizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la construcción generó 82.843 millones de euros en una economía que alcanzó ya los 1,59 billones de euros.
Según la encuesta de población activa (EPA) de 2024, el sector de la construcción emplea a 1,46 millones de personas, un millón de trabajadores menos que en 2008. Por número de empresas, la estadística de Seguridad Social revela que hay 139.133 sociedades inscritas con asalariados, alrededor de 50.000 menos que en 2008 (182.402).
La construcción experimenta una menor actividad en las infraestructuras y, sobre todo, en la vivienda. Según los datos del Ministerio, en 2024 se terminaron un total de 100.980 viviendas nuevas. Fueron un 13% más que en el año anterior y la mayor cifra de los últimos doce años, pero muy inferior a la producción de 2003-2008, cuando salían al mercado una media de 600.000 viviendas.
En estas coordenadas, apunta Alfonso Merlos, vicepresidente de DEXTERwhich “para nosotros, como gestor e intermediario financiero adquieren más importancia que nunca los préstamos bridge puros. Esto es, no necesariamente se facilita un crédito para un desarrollo inmobiliario sino que aportamos liquidez a las empresas (independientemente de su sector), eso sí, preferentemente contra una garantía hipotecaria. Ahí está la utilidad plena de la financiación alternativa con capital privado”.
La situación del sector de la construcción es radicalmente distinta hoy al contexto de hace dos décadas: mientras en la primera década del siglo se construían más viviendas que hogares con un acceso fácil al crédito, ahora las viviendas nuevas no bastan para cubrir toda la demanda, lo que ha elevado los precios tanto del alquiler como de la compraventa. El Banco de España calcula que el déficit alcanza las 700.000 viviendas.