¿Tiene margen para crecer la financiación alternativa en España?

Es un hecho que la financiación alternativa en España sufre aún un cierto retraso respecto del mundo anglosajón, pero también lo es que las razones que lo provocan, ejercicio tras ejercicio, se vienen paliando.

            La gran mayoría del capital que se destina en nuestro país a este fin, como el que gestiona e intermedia DEXTER, proviene de grandes fondos internacionales, siendo aún bajo el número de fondos de capital puramente español. Y a eso hay que añadir que esos primeros grandes fondos tienden a ser vehículos masivos con estrategias europeas o globales y sólo hacen operaciones a partir de un cierto tamaño, en las que no hay una demanda excesiva en España.

            Por otra parte, en la mayoría de países de nuestro entorno existe un consenso en la sociedad y en la clase política de que la propiedad privada y los acuerdos entre las partes son algo sagrado siempre que no vayan en contra de la ley, algo que en España es culturalmente distinto.

            Dicho en otras palabras, y pensando en la garantía, en nuestro país y en según qué escenarios no siempre resulta factible ejecutarla (ya sean hipotecas o prendas de acciones) cuando el prestatario incumple sus obligaciones, y ello tiende a crear inseguridad entre los financiadores.

            Como señala el vicepresidente de DEXTER, Alfonso Merlos, “en efecto hay elementos normativos, culturales que en España pudieran favorecer un impulso más fuerte de la financiación alternativa con capital privado pero que, por ser los que hoy por hoy son, hacen que el sector vaya creciendo muy paso a paso; con un rumbo claro, pero con pasos cortos en relación a otros países especialmente del mundo anglosajón”.

            Incluso así, y de acuerdo a un análisis macroeconómico y estratégico, la oportunidad de crecer siempre estará en el corto y medio plazo, dado que los bancos están, y van a seguir estando deliberadamente, muy limitados en su capacidad de prestar dinero.

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