El sector ‘living’ crece en España al calor de la financiación alternativa
El mercado inmobiliario en España está en plena transformación. La manera en que vivimos, trabajamos y estudiamos ha cambiado radicalmente en los últimos años, especialmente tras la pandemia de COVID, y el sector inmobiliario se está adaptando a esas nuevas necesidades.
No cabe duda de que el ‘Living’ ha emergido como una de las áreas de inversión más atractivas, impulsada por una demanda creciente y una oferta aún insuficiente y por tanto insatisfecha. Más allá de la tradicional compraventa de viviendas (BTS por sus siglas en inglés “Build to Sell”), las residencias de estudiantes y el Flex-Living (modelo de vivienda que ofrece contratos de alquiler flexibles, amueblados y con servicios incluidos) están ganando protagonismo.
Este auge no se entiende sin el peso de la financiación alternativa con capital privado. DEXTER ha acreditado, promoción tras promoción, la necesidad que hay por cubrir de un número elevadísimo de empresarios para hacerse con capital, con deuda para sacar adelante sus proyectos, y el ‘Living’, lejos de ser una excepción, constituye uno de los nichos más atractivos.
Como bien señala la presidenta de la compañía, Yeidy Ramírez, “España se enfrenta a un déficit estructural de viviendas: se construyen aproximadamente 100.000 unidades al año, mientras que la demanda supera las 350.000 anuales. Es verdad que falta suelo finalista y eso está disparando el precio para el comprador final, pero también ha faltado en los últimos años financiación de la banca tradicional, y ése es exactamente el hueco, cada día más ancho, que cubrimos para satisfacción de la clase empresarial”, concluye Ramírez.
Uno de los fenómenos que más está ganando relevancia es el ‘Flex-Living’, combinando lo mejor del alquiler tradicional y los alojamientos temporales, adaptándose a una demanda creciente de profesionales en movilidad, expatriados, estudiantes de posgrado o personas en procesos de cambio personal. DEXTER entra en estos proyectos impulsando la financiación a un máximo de 36 meses.