"El apetito inversor en España es innegable, y ello va parejo a las expectativas de crecimiento en el sector turístico por encima de otros países de nuestro entorno"
En los últimos meses ha sido una voz constante y unánime entre los expertos: “asistimos a una transformación en las fuentes de financiación del inmobiliario”. Tradicionalmente, se había confiado la aportación de capital al sector bancario, con criterios más restrictivos, pero hoy el camino está abierto y es cada día más ancho para la aportación que llega desde la financiación alternativa.
La alta inflación, el aumento de los precios de los materiales, los problemas de suministro y el encarecimiento energético, además de la subida de tipos de interés, está condicionando la marcha del inmobiliario, que, aun así, en España está funcionando como un auténtico motor para el impulso de la economía.
José Enrique Chasserot, director del Departamento de Riesgos de DEXTER, asegura que “ante una situación de incertidumbre que no podemos soslayar, está llegando hasta nuestro escritorio un volumen constante de proyectos, muchos de ellos en el ámbito residencial, que van orientados al éxito y que no presentan un riesgo excesivamente alto, pero que en su momento de arranque se encuentran con el obstáculo y la limitación impuesta por la banca tradicional”.
A eso, añade el directivo de la compañía que “el apetito inversor en España es innegable, y ello va parejo a las expectativas de crecimiento en el sector turístico por encima de otros países de nuestro entorno. Es un escenario que está facilitando la entrada de fondos de inversión de rentabilidad que apuestan por nuestras empresas y con gran confianza en inmobiliario”, concluye.
Desde DEXTER, se está certificando, con un volumen constante de operaciones, que, en las estrategias de los inversores, el coloquialmente denominado ladrillo está siendo concebido como un claro activo refugio.