Para todas las empresas, en todos los sectores, pero con especial incidencia en el inmobiliario, en la construcción y en la promoción.

A pesar de todo: a pesar del comienzo del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la crisis energética, el encarecimiento de las materias primas y una inflación desbocada que ha terminado afectando a todos los sectores económicos, 2022 ha sido un muy buen año inmobiliario.

Cara a 2023, la agenda del mercado de compraventa estará fijada en la financiación y será el centro del debate sectorial, mediático y posiblemente político. La subida de tipos del BCE influirá en el volumen de transacciones hipotecarias pero, especialmente, en aquellas que estén condicionadas a la financiación de la banca tradicional. 

Aunque las condiciones de las hipotecas fijas se han encarecido mucho, han irrumpido con fuerza las hipotecas mixtas, con un marco más ventajoso, y que están ganando terreno. La oferta disponible de viviendas en venta en el mercado se prevé que se estabilice. Probablemente, los precios tomarán una senda estable.

Sobre estas bases, vuelven a abrirse vías de crecimiento para la financiación alternativa con capital privado. Yeidy Ramírez, CEO de DEXTER, anticipa que “entramos posiblemente en el mejor año para la financiación vía fondos de inversión. Para todas las empresas, en todos los sectores, pero con especial incidencia en el inmobiliario, en la construcción y en la promoción. Hay un momento de ‘sit and wait’ de la banca tradicional, y lo estamos aprovechando para dotar de capital a aquellos proyectos que lo necesitan. La financiación alternativa no va a parar en su rampa de crecimiento. Ya lo hemos notado en el final de 2022”, concluye Ramírez.


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