"El gran cambio que estamos percibiendo como gestores e intermediarios financieros es ‘cultural' "
Es un fenómeno que se ha abierto paso en el sector inmobiliario a zancadas. La financiación inmobiliaria con capital privado se ha instituido en un instrumento de financiación, ha sabido convivir con la banca tradicional y su futuro es prometedor cara a 2023, con una presumible tendencia alcista muy acusada.
Tras la pandemia, ya durante estos dos últimos años, multitud de compañías del sector inmobiliario (pero no sólo) se han visto obligadas a solicitar ayudas, a renegociar las condiciones de su endeudamiento y buena parte de los proyectos en curso no han visto la luz por la incertidumbre y la falta de capital.
KPMG entiende que la financiación alternativa en el sector inmobiliario tenga una proyección hasta 2025 que alcance una cuota de mercado del 50%, equiparándose así a otros países de la Unión Europea, donde la banca convive con los fondos de inversión de una forma más equilibrada. Hasta ahora, había una gran dependencia de la banca tradicional a la hora de captar capital y unas cuotas de acceso a la financiación alternativa de alrededor del 17%. Hoy, vamos paso a paso camino de los guarismos de Alemania o Reino Unido.
En este sentido, Yeidy Ramírez, CEO de DEXTER señala que “el gran cambio que estamos percibiendo como gestores e intermediarios financieros es, diría, que ‘cultural’: la financiación alternativa era una suerte de último recurso para muchos empresarios. Hoy es una herramienta más que contemplan desde el minuto uno de sus esquemas financieros”, ha concluido.