"Los inversores de los países más solventes de Europa han salido fortalecidos de la crisis, con unos niveles de liquidez extraordinarios"

Las compras de extranjeros están estirando hasta el límite la cuerda del mercado inmobiliario español, haciéndole mantener tono y músculo. Los inversores han pisado el acelerador, agitándolo en el mejor sentido, incrementando su participación en el volumen total de operaciones. 

Los inversores de los países más solventes de Europa han salido fortalecidos de la crisis, con unos niveles de liquidez extraordinarios. En un entorno de inflación creciente, están apostando por la vivienda, bien para su disfrute o bien para su alquiler posterior. Hasta la llegada del Covid-19, las operaciones de extranjeros suponían entre el 12% y el 14% del total. Ahora, aumentan su peso, con el añadido de que se incorporan como inversores muy activos ciudadanos de otras nacionalidades distintas a ingleses, franceses o rusos, los grandes ‘clientes’ históricos del ladrillo español. Ahora, ucranianos y polacos disparan su actividad en suelo nacional.

Por ejemplo, los holandeses han aumentado casi un 160% sus compras en España en los últimos cuatro años. Con la excepción inglesa, las compraventas del resto de nacionalidades relevantes en España se encuentran en máximos históricos o muy cerca. El mercado no puede ser más dinámico.

En este sentido, Ángel García, desde el Departamento de Desarrollo de Negocio de DEXTER incide en un factor a subrayar: “en la medida en que hay un gran volumen de compradores extranjeros, hay promotores españoles que siguen construyendo y comercializando. Necesitan velocidad, agilidad, y ahí, para que no se les escape el negocio, intervenimos desde la financiación alternativa con capital privado para cerrar sus operaciones y proporcionarles la liquidez que necesitan”, concluye el directivo de la compañía.


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