“Existe una alta demanda de residencial en las dos capitales, con compras animadas tanto por nacionales como por ciudadanos y empresas extranjeras."
Hace apenas unos días el titular saltaba de manera despejada: Madrid y Málaga, con los precios inmobiliarios más cerca de los máximos de 2007. Los últimos datos estadísticos revelan, en efecto, que ambos mercados son polos importantes de actividad -los más potentes de España- por el dinamismo de su mercado laboral y turístico, experimentando una fuerte demanda tras la pandemia que sigue picando al alza.
Los datos son de TINSA, que ponen de manifiesto la alta demanda de residencial en las dos capitales, con compras animadas tanto por nacionales como por ciudadanos y empresas extranjeras. Tanto es así que hay expertos que hablan de un cierto riesgo de ‘sobrecalentamiento’ de los precios para el comprador final. Pero hay otra cara de la moneda, y es el extraordinario nicho que están encontrando para su desarrollo de negocio promotores y constructores, y empresarios en general que están viendo cómo sus proyectos inmobiliarios tienen una extraordinaria pegada comercial y pueden salir adelante en tiempos y plazos cortos.
De ello se están encargando, en gran medida, actores como DEXTER, que en el campo de la gestión e intermediación financiera está haciendo posible la aportación de capital para que promociones con proyecto y licencia, listas para arrancar, obtengan la financiación alternativa, extrabancaria, que las entidades tradicionales no se encuentran en condiciones de aportar.
El Director de Riesgos de DEXTER, José Enrique Chasserot, incide en que “hoy por hoy, Málaga está con el ‘scoring’ más alto para nuestros fondos desde muchos puntos de vista y factores de análisis. En inmobiliario, y en residencial, el efecto de la capital se ha extendido a otros muchos municipios, en cuanto a crecimiento económico y oportunidades se refiere. Y lo mismo ocurre con zonas como Marbella, que han creado un ‘efecto contagio’, en sentido positivo, en municipios aledaños donde se está incrementando enormemente la financiación con capital privado, como Mijas, Benahavís o Estepona”, concluye Chasserot